
Odio ese reloj de madera.
¿No te parece horrible? Es el típico reloj alargado que tiene tres esferas y
uno marca las horas, el otro marca los minutos y el otro los segundos. Antes se
vendían como churros en el mercado. Sí, ya sé que nosotros también tenemos uno
en casa ¿Por qué la gente pone relojes en la pared del comedor? Bueno, y en la
cocina, y en la habitación…Todo el día controlados por el reloj. Míralo, qué
majo el reloj, tic tac, sobre la pared estucada. Ai!, odio los relojes y odio ese estuco de la
pared. De hecho, odio los estucos. ¿Qué odio todo? Eso no es verdad ¿Tú crees
que todos los que están aquí tienen un reloj como ese en su casa? Ya, ya sé que
pienso demasiado en estas cosas, pero qué quieres, me aburro, tengo hambre y se
me está durmiendo la mano de aguantar este poema. ¿Por qué no te han encargado
a ti escribirlo y leerlo? Sí, no te rías, al menos podrías leerlo tú, ya sabes
que a mí me da vergüenza, me suben los colores y me tiemblan los labios. Además,
no sé escribir. ¿Que por qué lo hago? ¡Jo! , ¿Y qué querías que dijese? Ya
sabes que no sé negarme. Me miraron con esas caritas…No, no me estoy quejando
otra vez. ¡Cómo no paren de hablar todos a la vez voy a destrozar algún coche
de ahí fuera! Perro ladrador poco mordedor, si si…tienes razón.
¿Es que no ven que están esperándonos
la cámara y el fotógrafo? Aunque si por mi fuera no se hace y ya está. Ai!, y
los vestidos que llevan, tan emperifolladas ellas y tan empiñonados ellos…. En
fin, aun no sé como cabemos todos en el comedor. ¿No te sientes idiota vestido
así? A mí me duelen los ojos de ver tanta mujer maquillada y tanto hombre
corbateado. Tengo hambre, ¿y los canapés?
O pasemos ya a la tarta así nos ahorramos todo lo demás.
Está todo el mundo tan
histérico que no paran de entrar y salir. Dios mío, qué alguien ponga orden,
¿no hay un juez en la sala? Ya podrías decirle que se callasen todos y sentaran
sus puñeteros culos en el sofá y en las sillas. El perro ladra y todos están
locos. Y la decoración es tan fea que me parece que podríamos ir todos a Ikea
en vez de estar aquí. ¿Qué me tranquilice y piense en otras cosas? Ah,
claro…sí, sí, intentaré tranquilizarme y pensar en otra cosa: mmm…Qué cuadros
tan bonitos! Cuadros de caballos
salvajes corriendo por el campo...Oh, qué bonito (a mi sí que me dan ganas de
salir corriendo!), la mesa de camilla y el tapete, los patos de cerámica en las
estanterías y las fotos de la comunión en los marcos. Qué, ¿qué pasa? Ah, vale,
perdona, no sabía que hablaba en voz alta. ¿Tú crees que se habrán enterado?
Pero si la mitad de ellos están por el pasillo con los móviles histéricos
perdidos caminando de un lado a otro. ¿Así que ya puedo empezar? Bien, veo que
siempre estás a mi lado. Tú, el perro y los fotógrafos. Uf, ahí voy...
¿Y a todo esto donde está
la novia?