sábado, 31 de agosto de 2013

Busco

 Busco a alguien tan fragil que al cogerlo se rompa en mis manos.
Busco al soñador, al loco, al que viste trajes caóticos, 
al que habla de todo y de nada en realidad.
Busco al mentiroso, al cobarde.
El que miente por amor.
El que tiembla de miedo.
El que tiembla de amor.
Busco al amante, al entretenido.
El que se entretiene contando pestañas.
El que se entretiene dibujando
trenes de ida y vuelta gratuitos.
Busco al amigo, al borracho.
Borracho de deseo.
Al amigo sin dos caras.
Busco a alguien perdido que se deje encontrar

(invierno del `98)

viernes, 30 de agosto de 2013

Caballos corriendo



Odio ese reloj de madera. ¿No te parece horrible? Es el típico reloj alargado que tiene tres esferas y uno marca las horas, el otro marca los minutos y el otro los segundos. Antes se vendían como churros en el mercado. Sí, ya sé que nosotros también tenemos uno en casa ¿Por qué la gente pone relojes en la pared del comedor? Bueno, y en la cocina, y en la habitación…Todo el día controlados por el reloj. Míralo, qué majo el reloj, tic tac, sobre la pared estucada.  Ai!, odio los relojes y odio ese estuco de la pared. De hecho, odio los estucos. ¿Qué odio todo? Eso no es verdad ¿Tú crees que todos los que están aquí tienen un reloj como ese en su casa? Ya, ya sé que pienso demasiado en estas cosas, pero qué quieres, me aburro, tengo hambre y se me está durmiendo la mano de aguantar este poema. ¿Por qué no te han encargado a ti escribirlo y leerlo? Sí, no te rías, al menos podrías leerlo tú, ya sabes que a mí me da vergüenza, me suben los colores y me tiemblan los labios. Además, no sé escribir. ¿Que por qué lo hago? ¡Jo! , ¿Y qué querías que dijese? Ya sabes que no sé negarme. Me miraron con esas caritas…No, no me estoy quejando otra vez. ¡Cómo no paren de hablar todos a la vez voy a destrozar algún coche de ahí fuera! Perro ladrador poco mordedor, si si…tienes razón.
¿Es que no ven que están esperándonos la cámara y el fotógrafo? Aunque si por mi fuera no se hace y ya está. Ai!, y los vestidos que llevan, tan emperifolladas ellas y tan empiñonados ellos…. En fin, aun no sé como cabemos todos en el comedor. ¿No te sientes idiota vestido así? A mí me duelen los ojos de ver tanta mujer maquillada y tanto hombre corbateado. Tengo hambre, ¿y los canapés?  O pasemos ya a la tarta así nos ahorramos todo lo demás.
Está todo el mundo tan histérico que no paran de entrar y salir. Dios mío, qué alguien ponga orden, ¿no hay un juez en la sala? Ya podrías decirle que se callasen todos y sentaran sus puñeteros culos en el sofá y en las sillas. El perro ladra y todos están locos. Y la decoración es tan fea que me parece que podríamos ir todos a Ikea en vez de estar aquí. ¿Qué me tranquilice y piense en otras cosas? Ah, claro…sí, sí, intentaré tranquilizarme y pensar en otra cosa: mmm…Qué cuadros tan bonitos!  Cuadros de caballos salvajes corriendo por el campo...Oh, qué bonito (a mi sí que me dan ganas de salir corriendo!), la mesa de camilla y el tapete, los patos de cerámica en las estanterías y las fotos de la comunión en los marcos. Qué, ¿qué pasa? Ah, vale, perdona, no sabía que hablaba en voz alta. ¿Tú crees que se habrán enterado? Pero si la mitad de ellos están por el pasillo con los móviles histéricos perdidos caminando de un lado a otro. ¿Así que ya puedo empezar? Bien, veo que siempre estás a mi lado. Tú, el perro y los fotógrafos. Uf, ahí voy...


¿Y a todo esto donde está la novia?

jueves, 29 de agosto de 2013

Disculpas


Permitidme que me disculpe primero de todo por no haber escrito nada desde hace un año. Y también os pido disculpas de antemano porque no puedo prometeros que escribiré a diario. Eso sí, sigo siendo lectora vuestra.

Estoy contenta de volver a escribir y deciros que tengo en marcha nuevos proyectos, un relato con el que estoy muy ilusionada. Y lo llamo relato porque decir novela me parece todavía muy pretencioso. De todas maneras, el tiempo dirá.

En la próxima entrada os dejaré con un pequeño relato que escribí hace unos tres años.

Hasta luego.